09-12-2018
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La hipertensión arterial es una patología crónica producida por el aumento excesivo de la presión de la sangre sobre la pared de las arterias.

A medida que la tensión alta se mantiene en el tiempo se produce un endurecimiento de las arterias, que se hacen más gruesas, lo que dificulta el paso de la sangre por ellas. El problema es que en la mayoría de los casos no se produce ningún síntoma y la hipertensión pasa desapercibida para quien la padece, y por lo tanto desconoce el riesgo que soporta.

El riesgo de padecer hipertensión arterial aumenta con la edad, alcanzando el 50% de la población entre los 50 y los 65 años. También la predisposición familiar es un factor de riesgo a tener en cuenta, como la obesidad y el sedentarismo.

 

Clasificación arterial:

-Normal: hasta 12/8.

-Ligeramente elevada: entre 12/8 y 14/9.

-Hipertensión grado 1: entre 14/9 y 16/10.

-Hipertensión grado 2: entre 16/10 y 18/11.

-Hipertensión grado 3: por encima de 18/11.

 

El número más alto es la tensión sistólica y representa la presión que genera el corazón al bombear la sangre al resto del cuerpo.

El número más bajo es la tensión diastólica y representa la presión en los vasos sanguíneos entre los latidos del corazón.

 

Se recomienda tomar la tensión arterial cada 6 meses en caso de que los valores obtenidos con anterioridad se encuentren dentro de la normalidad. En caso de hipertensión el control deberá ser mayor.

Recomendaciones para la toma de la tensión arterial:

-Tomarla aproximadamente a la misma hora.

-Estar relajado, sin haber realizado actividad física en la media hora anterior.

-No estar realizando la digestión de una comida.

-Sentarse recto, sin cruzar las piernas, con el brazo apoyado y a la altura del corazón.

-No hablar durante la medición.

-Si el valor obtenido es alto, repetir la medición al cabo de 5 minutos.

-Apuntar los valores obtenidos, para enseñarlos al médico en caso de necesidad.

Las consecuencias de la hipertensión pueden ser graves. Las más conocidas son la hemorragia cerebral o ictus, y las alteraciones cardiacas como el infarto y la angina de pecho, pero también hay riesgo alto de padecer insuficiencia renal, alteraciones en la retina y trastornos de la memoria.

Cada vez más niños y adolescentes padecen hipertensión, lo que está relacionado con el aumento de la obesidad, la falta de ejercicio físico y los malos hábitos alimenticios, especialmente entre los que tienen antecedentes familiares. Tanto en niños como en adultos es importante evitar el exceso de sal y el exceso de grasas, que no olvidemos también están presentes en la bollería industrial.

Para aumentar el conocimiento de la enfermedad se puede consultar la página web de la Sociedad Española de Hipertensión Arterial - Liga Española para la lucha contra la Hipertensión Arterial  https://www.seh-lelha.org/

Entre el 10 % y el 20 % de las mujeres embarazadas sufren hipertensión arterial durante los meses de gestación, lo que puede traducirse en complicaciones durante el parto. Es importante un control del peso ganado durante el embarazo, realizar los ejercicios físicos adaptados al momento, y seguir las indicaciones de ginecóloga y matrona.

Ningún tratamiento será efectivo si no comenzamos por variar algunos hábitos de vida, como disminuir la ingesta de grasas; disminuir la cantidad de sal, que sustituiremos añadiendo a los alimentos limón, vinagre o pimienta; moderar el consumo de alcohol y de tabaco; una dieta rica en frutas y verduras; y realizar ejercicio físico, que puede consistir en caminar una hora cada día. El tratamiento con fármacos siempre será indicado por el médico.

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